Our Lenten Journey / Caminar en Cuaresma
versión en español
Wednesday – March 15 – Day 19
The Height of the New Law
“I have come not to abolish but to fulfill. Amen, I say to you, until heaven and earth pass away, not the smallest letter or the smallest part of a letter will pass from the law, until all things have taken place.” Matthew 5:17–18
The Old Law, the law from the Old Testament, prescribed various moral precepts, as well as ceremonial precepts for worship. Jesus makes it clear that He is not abolishing all that God taught through Moses and the Prophets. This is because the New Testament is the culmination and completion of the Old Testament. Thus, nothing of old was abolished; it was fulfilled and brought to completion.
The moral precepts of the Old Testament were laws that flowed primarily from human reason. It made sense that one should not kill, steal, commit adultery, lie, etc. It also made sense that God should be honored and respected. The Ten Commandments and the other moral laws still hold today. But Jesus brings us much further. He not only called us to go much deeper in the keeping of these commandments, He also promised the gift of grace so that they could be fulfilled. Thus, “Thou shall not kill” is deepened to the requirement of complete and total forgiveness of those who persecute us.
It’s interesting to note that the new depth of the moral law Jesus gives actually goes beyond human reason. “Thou shall not kill” makes sense to almost everyone, but “love your enemies and pray for those who persecute you” is a new moral law that makes sense only by the help of grace. But without grace, the natural human mind alone cannot arrive at this new commandment.
This is extremely helpful to understand, because oftentimes we go through life relying upon our human reason alone when it comes to making moral decisions. And though our human reason will always direct us away from the most obvious moral failures, it will be insufficient alone to guide us to the heights of moral perfection. Grace is necessary for this high calling to make sense. Only by grace can we understand and fulfill the call to take up our crosses and follow Christ.
Reflect, today, upon your own calling to perfection. If it doesn’t make sense to you how God can expect perfection of you, then pause and reflect upon the fact that you are right—it doesn’t make sense to human reason alone! Pray that your human reason will be flooded with the light of grace so that you will be able to not only understand your high calling to perfection but that you will also be given the grace you need to achieve it.
Let us pray:
My most high Jesus, You have called us to a new height of holiness. You have called us to perfection. Enlighten my mind, dear Lord, so that I may understand this high calling and pour forth Your grace, so that I may embrace my moral duty to the fullest extent.
Source: mycatholic.life
USCCB Daily Readings: bible.usccb.org/bible/readings/031523.cfm
Miércoles – 15 de marzo – Día 19
El colmo de la nueva ley
“No he venido a abolir, sino a cumplir. En verdad os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una letra ni una parte de letra pasará de la ley, hasta que todo haya sucedido”. Mateo 5:17–18
La Ley Antigua, la ley del Antiguo Testamento, prescribía varios preceptos morales, así como preceptos ceremoniales para el culto. Jesús deja en claro que Él no está aboliendo todo lo que Dios enseñó a través de Moisés y los Profetas. Esto se debe a que el Nuevo Testamento es la culminación y finalización del Antiguo Testamento. Así, nada de lo antiguo fue abolido; se cumplió y se completó.
Los preceptos morales del Antiguo Testamento eran leyes que emanaban principalmente de la razón humana. Tenía sentido que uno no debería matar, robar, cometer adulterio, mentir, etc. También tenía sentido que Dios debería ser honrado y respetado. Los Diez Mandamientos y las demás leyes morales siguen vigentes hoy. Pero Jesús nos lleva mucho más lejos. Él no solo nos llamó a profundizar mucho más en el cumplimiento de estos mandamientos, sino que también prometió el don de la gracia para que pudieran cumplirse. Así, el “No matarás” se profundiza en la exigencia del perdón completo y total de quienes nos persiguen.
Es interesante notar que la nueva profundidad de la ley moral que da Jesús en realidad va más allá de la razón humana. “No matarás” tiene sentido para casi todos, pero “ama a tus enemigos y ora por los que te persiguen” es una nueva ley moral que tiene sentido solo con la ayuda de la gracia. Pero sin la gracia, la mente humana natural por sí sola no puede llegar a este nuevo mandamiento.
Esto es extremadamente útil de entender, porque a menudo pasamos por la vida confiando únicamente en nuestra razón humana cuando se trata de tomar decisiones morales. Y aunque nuestra razón humana siempre nos alejará de los fracasos morales más evidentes, será insuficiente por sí sola para guiarnos a las alturas de la perfección moral. La gracia es necesaria para que este alto llamado tenga sentido. Solo por la gracia podemos entender y cumplir el llamado a tomar nuestras cruces y seguir a Cristo.
Reflexiona, hoy, sobre tu propio llamado a la perfección. Si no tiene sentido para usted cómo Dios puede esperar la perfección de usted, entonces haga una pausa y reflexione sobre el hecho de que tiene razón: ¡no tiene sentido solo para la razón humana! Ore para que su razón humana se inunde con la luz de la gracia para que pueda no solo comprender su alto llamado a la perfección, sino que también se le dé la gracia que necesita para lograrlo.
Oremos:
Mi altísimo Jesús, Tú nos has llamado a una nueva altura de santidad. Nos has llamado a la perfección. Ilumina mi mente, amado Señor, para que pueda comprender este alto llamado y derrame Tu gracia, para que pueda abrazar mi deber moral en toda su extensión.
Lecturas de Hoy: bible.usccb.org/es/bible/lecturas/031523.cfm