03-09-23 Day 14 Thursday

Our Lenten Journey / Caminar en Cuaresma

versión en español

Thursday – March 9 – Day 14

A Powerful Contrast

Jesus said to the Pharisees: “There was a rich man who dressed in purple garments and fine linen and dined sumptuously each day. And lying at his door was a poor man named Lazarus, covered with sores, who would gladly have eaten his fill of the scraps that fell from the rich man’s table. Dogs even used to come and lick his sores.” Luke 16:19–21

One of the reasons this story is so powerful is because of the clear descriptive contrast between the rich man and Lazarus. The contrast is not only seen in the passage above, it is also seen in the final outcome of each of their lives.

In the first contrast, the rich man’s life seems much more desirable, at least on the surface. He is rich, has a home to live in, dresses in fine clothing and eats sumptuously every day. By contrast, Lazarus is poor, has no home, has no food, is covered with sores and even endures the humiliation of dogs licking his wounds. Which of these persons would you prefer to be?

Before you answer that question, consider the second contrast. When they both die, they experience very different eternal fates. When the poor man died, he was “carried away by angels.” And when the rich man died, he went to the netherworld, where there was ongoing torment. So again, which of these persons would you prefer to be?

One of the most seductive and deceptive realities in life is the lure of riches, luxury and the fine things in life. Though the material world is not bad in and of itself, there is great temptation that goes along with it. In fact, it is clear from this story and from the many other teachings of Jesus on this topic that the lure of riches and its effect on the soul cannot be ignored. Those who are rich in the things of this world are often tempted to live for themselves rather than living for others. When one has all the comforts this world has to offer, it’s easy to simply enjoy those comforts without concern for others. And that is clearly the unspoken contrast between these two men.

Though poor, it is clear that Lazarus is rich in the things that matter in life. This is evidenced by His eternal reward. It is clear that in his material poverty, he was rich in charity. The man who was rich in the things of this world was clearly poor in charity and, thus, upon losing his physical life, he had nothing to take with him. No eternal merit. No charity. Nothing.

Reflect, today, upon that which you desire in life. Too often, the deceptions of material wealth and worldly possessions dominate our desires. In fact, even those who have little can easily become consumed with these unhealthy desires. Seek, instead, to desire only that which is eternal. Desire love of God and love of neighbor. Make this your only goal in life and you, too, will be carried away by angels when your life is completed.

Do I share the good gifts I have been lucky enough to receive?

Let us pray:

My Lord of true riches, You chose to be poor in this world as a sign to us that true riches come not with material wealth but with love. Help me to love You, my God, with all my being and to love others as You love them. May I be wise enough to make spiritual riches my single goal in life so that these riches will be enjoyed for all eternity.

Source: mycatholic.life

USCCB Daily Readings: bible.usccb.org/bible/readings/030923.cfm

Jueves- 9 de marzo – Día 14

English version

Un contraste poderoso

Jesús les dijo a los fariseos: “Había un hombre rico que se vestía con ropas de color púrpura y lino fino y cenaba con esplendor todos los días. Y acostado a su puerta estaba un pobre llamado Lázaro, cubierto de llagas, que de buena gana hubiera comido hasta saciarse de las sobras que caían de la mesa del rico. Los perros incluso solían venir y lamer sus llagas”. Lucas 16:19–21

Una de las razones por las que esta historia es tan poderosa es por el claro contraste descriptivo entre el hombre rico y Lázaro. El contraste no solo se ve en el pasaje anterior, también se ve en el resultado final de cada una de sus vidas.

En el primer contraste, la vida del hombre rico parece mucho más deseable, al menos en la superficie. Es rico, tiene una casa para vivir, viste ropa fina y come suntuosamente todos los días. Lázaro, en cambio, es pobre, no tiene hogar, no tiene comida, está cubierto de llagas y hasta soporta la humillación de perros que le lamen las heridas. ¿Cuál de estas personas preferirías ser?

Antes de responder a esa pregunta, considere el segundo contraste. Cuando ambos mueren, experimentan destinos eternos muy diferentes. Cuando el pobre hombre murió, fue “llevado por ángeles”. Y cuando el hombre rico murió, se fue al inframundo, donde había un tormento continuo. Entonces, de nuevo, ¿cuál de estas personas preferirías ser?

Una de las realidades más seductoras y engañosas de la vida es el atractivo de las riquezas, el lujo y las cosas buenas de la vida. Aunque el mundo material no es malo en sí mismo, existe una gran tentación que lo acompaña. De hecho, está claro a partir de esta historia y de las muchas otras enseñanzas de Jesús sobre este tema que no se puede ignorar el atractivo de las riquezas y su efecto en el alma. Los que son ricos en las cosas de este mundo a menudo se ven tentados a vivir para sí mismos en lugar de vivir para los demás. Cuando uno tiene todas las comodidades que este mundo tiene para ofrecer, es fácil simplemente disfrutar de esas comodidades sin preocuparse por los demás. Y ese es claramente el contraste tácito entre estos dos hombres.

Aunque pobre, está claro que Lázaro es rico en las cosas que importan en la vida. Esto se evidencia por Su recompensa eterna. Es claro que en su pobreza material, fue rico en caridad. El hombre que era rico en las cosas de este mundo era claramente pobre en caridad y, por tanto, al perder la vida física, no tenía nada que llevar consigo. Ningún mérito eterno. Sin caridad. Nada.

Reflexiona, hoy, sobre lo que deseas en la vida. Con demasiada frecuencia, los engaños de la riqueza material y las posesiones mundanas dominan nuestros deseos. De hecho, incluso aquellos que tienen poco pueden consumirse fácilmente con estos deseos malsanos. Busca, en cambio, desear sólo lo que es eterno. Deseo amor a Dios y amor al prójimo. Haz de este tu único objetivo en la vida y tú también serás llevado por los ángeles cuando tu vida esté completa.

¿Comparto los buenos regalos que he tenido la suerte de recibir?

Oremos:

Mi Señor de las verdaderas riquezas, elegiste ser pobre en este mundo como una señal para nosotros de que las verdaderas riquezas no vienen con la riqueza material sino con el amor. Ayúdame a amarte, Dios mío, con todo mi ser ya amar a los demás como Tú los amas. Que sea lo suficientemente sabio para hacer de las riquezas espirituales mi único objetivo en la vida para que estas riquezas se disfruten por toda la eternidad.

Lecturas de Hoy: bible.usccb.org/es/bible/lecturas/030923.cfm